lunes, 17 de junio de 2013

COMUNICACIÓN PARTICIPATIVA ¿EL NUEVO PARADIGMA?

Introducción
Estamos viviendo en un mundo cambiante, un mundo que no se detiene por nosotros, nos dicen los anuncios de la televisión. Los cambios pasan por todos los aspectos de nuestras vidas, desde lo más personal que afecta la forma en que vemos la familia, el amor, nuestro propio ser hasta lo mundial pues nos preocupamos por una guerra, o un desastre aunque ocurran a miles de kilómetro .En lo económico también hay cambios importantes, las propuestas neoliberales privilegian el individualismo, la competencia y la acumulación como medio para lograr el éxito. Se le da menos importancia al Estado y en muchos casos hasta se le culpa de lo que no ha salido bien. El mercado manejado por grandes empresas transnacionales, se convierte en el que rige las políticas; y el capital, como las mismas empresas, es cada vez más transnacional.
A eso podemos sumarle el grave deterioro ambiental, que ya no podemos ignorar y la triste brecha que se agranda entre los quienes tienen demasiado y quienes apenas sobreviven. Y sobre todos estos temas donde a algunos nos llega tanta información que no podemos analizar mientras otros se van quedando fuera, desconectados de “lo que pasa”.
Es un tiempo de grandes desafíos, sobre todo si aspiramos a otro mundo posible, un mundo solidario e incluyente donde la comunicación participativa rompa los viejos paradigmas para apropiarse de nuevas y mejores herramientas, que conviertan a la comunicación en más que un medio para democratizar nuestras organizaciones y nuestras prácticas y hacerlas más eficientes, sino que aspiren el  aprender haciendo, el construir conocimiento en colectivo y así empoderarnos como ciudadanos y ciudadanas y ser protagonistas de estos nuestros tiempos: actuando localmente y pensando globalmente.
Desarrollo
La comunicación participativa es un modelo y una forma de “hacer comunicación” que facilita la recuperación de la vida cotidiana, las necesidades e intereses de los grupos socioculturales, así como a sus protagonistas, mediante la planificación de propuestas que contribuyan a mejorar su presencia e incidencia tanto en los procesos de desarrollo, y de toma de decisión, como en los medios de comunicación. Este “modelo de comunicación” posibilita espacios y relaciones de poder más equitativos en donde las personas comparten experiencias, información, sentimientos y propuestas para crecer individual y colectivamente, por lo que Jan SERVAES & Patchanee MALIKHAO requiere antes de todo cambios en la manera de pensar en primer lugar por aquellos que la ejercen : los comunicadores , quienes deben comprender que la comunicación  no prospera en la base de saber y hablar bien o rápido sino en la de escuchar , pues la auténtica escucha alimenta mucho más la confianza que la charla incesante y que se necesita mucho más la imaginación , preparación y ardua labor para alcanzar un aprendizaje dialogal .
Por tanto para los procesos comunitarios, la comunicación participativa se plantea como la interrelación o mezcla de la comunicación para el desarrollo y la comunicación comunitaria, en donde la primera ayuda y acompaña a una comunidad para que pueda desarrollarse (desde el punto de vista de la comunicación), es decir, es un proceso que va más allá de la divulgación o información pues al traspasar por el entramado social, la comunicación está en la obligación de educar, pero entendiendo la educación como la capacidad multiplicadora que supera los salones de clase.
El objetivo de la participación se ve en algunos casos como una herramienta para lograr la meta de algún cambio social deseado. En otros casos, la participación es la meta misma  es un proceso que por involucrar a miembros de la comunidad en diálogo sobre cosas que les afectan es en sí un cambio social. Muchos proyectos evidencian aspectos de ambos propósitos, en diferentes proporciones. Si el objetivo de un proyecto se deriva de las metas típicas del cambio social como son, por ejemplo, el mejoramiento de la salud infantil o del medioambiente, la participación es más bien una estrategia: una categoría de comunicación que se supone conduce al resultado deseado. Por ejemplo, en un libro sobre comunicación para la salud pública que apenas trata el tema de la participación, Haider y Pal sugieren usar “la participación activa” de los grupos comunitarios para extender el alcance de información sobre salud. Al otro extremo, en algunos proyectos la filosofía orientador es la de la participación misma. En tales casos, “el énfasis se pone en los procesos, no en los resultados”, con el objetivo explícito de lograr el empoderamiento y aumentar el control de la comunidad sobre sus asuntos, tal como se menciona en los enfoques por la Comisión Internacional para el estudio de problemas de comunicación del ya fallecido Mac Bride quien argumenta que el punto de partida debe ser la comunidad , sin embargo dos nuevos enfoques surgen , los cuales son aceptados como lógicos actualmente : el primero que es la pedagogía dialogal de Freire (los pueblos  subyugados deben ser tratados como sujetos plenamente humanos en cualquier proceso político) y el segundo establecido por la UNESCO (sobre el acceso , participación y autogestión ).
Hablar de la comunicación para el cambio social es tener como punto de partida  a la comunidad como lo establece Mac bride, donde se pretenda entablar y ejecutar incidencia pensando en gestionar, en tener una práctica duradera para lograr una ejecución exitosa para el logro de un empoderamiento eficaz que busca asociar mas no individualizar por esta razón Mowlana y  Wilson plantean que el desarrollo del modelo de la comunicación participativa debe implementarse conjuntamente con otros procesos de emancipación social a nivel local , nacional e internacional.
Conclusión

Por tanto las reflexiones expuestas están basadas en la convicción de que es preciso colocar la agenda de investigación sobre comunicación participativa más allá de los parámetros originariamente delineados hace medio siglo y que conozcamos la importancia de la participación la cual requiere autonomía, rasgo que a menudo choca con necesidades burocráticas; lo cual  es preciso entender los contextos institucionales externos e internos que afectan experiencias participativas. Esto implica ir más allá de asumir la participación como valor deseable, y profundizar el análisis de factores que promueven o dificultan la participación. Adoptar una perspectiva comparada sobre participación y contextos institucionales es importante para entender las ventajas y desafíos que existen en diferentes comunidades, pues anunciar que la participación es importante y es precisa que este en el  centro de la comunicación para el cambio social ,es repetir lo ya sabido o dirigirse a quienes ya están convencidos sobre sus méritos. Nuestro interés principal es formular nuevas líneas de investigación que conlleven a ejecutarlas hacia el desarrollo de un entendimiento más profundo de la comunicación, cultura, democracia participativa y otros como una alternativa al cambio estructural en niveles múltiples para alcanzar objetivos como lo plantea Jan SERVAES & Patchanee MALIKHAO.


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