lunes, 17 de junio de 2013

MODERNIDAD,POSMODERNIDAD , MODERNIDADES

Introducción
El devenir del mundo contemporáneo se ha caracterizado por las múltiples y complejas transformaciones que han dejado sus huellas en las diferentes esferas de la realidad, reflexionar  en torno al horizonte de sentido entre la modernidad, la postmodernidad y la modernización es reconocer una compleja época de transición, que se trata así mismo de un tiempo histórico de ausencia de luz en el conocimiento, hablar de ello  nos permitirá al menos de alguna manera advertir hacia dónde se orienta dicha transición o tendencia histórica, a reconocer la distinción entre la deuda y la duda entre estos términos que abarcan conceptos distintos desde pensar la crisis desde adentro , entender la crisis como liquidación o desfallecimiento y encontrar la diferencia o el límite entre la crisis y  periferia como lo entabla Martin Barbero en su escrito .
Desarrollo
La problemática que Jesús Martin Barbero plantea en su discurso, supone iluminar conceptualmente nuestro caminar con respecto a la crisis y diferencia de estos conceptos, que a muchos pueden parecerle sinónimos o acaparar las mismas características; sin embargo, es de suma urgencia comprender su definición para convertir a una sociedad en autentica al valorar su cultura y ser capaz de conocer la diferencia que posee de otras sociedades que le hacen única pero que no la separan de otras sino que las une para la búsqueda de un progreso que se convierta en rutina , en la renovación permanente e incesante de las cosas , de los productos que crea para asegurar su desarrollo y no la supervivencia de un sistema económico y/o político sino que sean capaces de asumir el universalismo normativo de la modernidad .
 Está de moda aludir a la postmodernidad la cual es más una manera de olvidar o reprimir el pasado, es decir de repetirlo que de superarlo  pero sin duda se trata de un concepto en situación crítica, esto es, que quiere decir muchas cosas y a la vez no dice nada, la cual no se encuentra ubicado ùnicamente en la filosofía sino en todos los saberes y quehaceres, en la sociología, la psicología, la arquitectura, etc.; y también en los medios de comunicación. Para David Harvey, la posmodernidad responde a algunas continuidades con la modernidad, pero recrudece en esencia la compresión espacio-tiempo. Los medios de comunicación como tecnologías, contribuyen directamente en este proceso de compresión espacio-temporal: nos acercan a gran velocidad con gente en lugares remotos, posibilitando la comunicación instantánea. Los medios son entidades vividas en nuestros mundos cotidianos, que aceleran nuestros procesos de acercamiento humano.
Entonces ¿Cómo entender la modernidad, postmodernidad y modernización?
La frase de Marx “Todo lo sólido se desvanece en el aire” bien puede expresar el sentir de la posmodernidad. Escepticismo ante las meta-teorías y metadiscursos, simulacros, identidad otorgada por la imagen superflua, lo efímero, lo desechable, la diversidad, mayor incertidumbre, esquizofrenia, prevalencia de la estética fugaz sobre la ética, aprovechamiento de la acumulación flexible para suministrar servicios de consumo efímeros, contratos temporarios, aceleración y superficialidad, son algunas de sus principales características enunciadas por Harvey , aunque no se está muy  acuerdo unánime para conceptualizar este cambio de época.
Algunos afirman entre ellos Habermas: “que la modernidad surge propiamente con la Revolución francesa en 1789 y termina con la primavera de París mayo de 1968. Otros, pretenden que empezó con René Descartes 1596-1650 y con F. Bacon en 1561-1626 y termina con Nietzsche, Weber y Heidegger.
Sin embargo desde sus inicios, el sistema capitalista ha sido escenario, a la vez que gestor, de diversas crisis que han hallado su expresión en la proliferación de ideas y estilos de pensamiento disímiles. Vivimos una sociedad del riesgo como resultado de la sociedad industrial, en la cual algunos riesgos son controlados y otros escapan al control institucional los cuales no son solo institucionales sino de razones y motivaciones por tanto  es necesaria la reflexividad ante la falta de certezas, ante el retorno de la incertidumbre.
Los medios de comunicación reflejan la incertidumbre y el miedo, gran parte de las veces sacando provecho político y económico: es evidente la falta de reflexividad, comprensión y conciencia planetaria.
Respecto a la contribución de los medios en la conformación de un pensamiento ético, se está de acuerdo con Leonardo Boff: “para conservar el patrimonio natural y cultural tenemos que cambiar… si no reinventamos unas relaciones más benéficas y sinérgicas con la naturaleza y de mayor colaboración entre los diversos pueblos, culturas y religiones, difícilmente podremos mantener la sustentabilidad necesaria para realizar el proyecto humano, abierto al futuro y al infinito”
Los medios de comunicación de múltiples formas se han erigido como los “villanos de la película”, a veces con razón y otras tantas sin ella. Es fundamental su transformación para convertirse en guías y promotores de una nueva ciudadanía global, en la que todos trabajemos y exijamos a nuestros gobiernos que privilegien la lucha por el bien común. Los medios tienen una gran responsabilidad de colaborar y apoyar con la difusión de una ideología que permita fomentar el equilibrio en todos los ámbitos. La complejidad reside en que es necesario el surgimiento de movimientos y propuestas locales e internacionales, con capacidad de asegurar a todos los seres, habitantes de este planeta, una mejor calidad de vida y una mayor participación en la vida política y económica de su país.
Conclusión
Entonces no podemos plantear un “cómo” si antes no hay un ‘qué’ o un ¿por qué? Por eso la necesidad de mayor reflexión respecto al papel ético de los medios ante la complejidad de la posmodernidad, ante las propias dificultades que vive el imperialismo nuevo que parece no tener un claro derrotero. Coincido con Boff y su ética planetaria y con Morín y su antropo-ética. Son utopías valiosas y sensatas, que deben llevarse a cabo si entendemos que sólo tenemos un mundo.
Cruzarnos de brazos y contemplarlo, dejándolo pasar ‘tal cual es’, es una opción cómoda, pero no humana. Si seguimos pensando sólo en que tener las necesidades básicas y algunas superfluas satisfechas es más que suficiente, entonces sencillamente seguiremos permitiendo que la incomprensión, las injusticias y la barbarie se apoderen de los medios de comunicación y del planeta.


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