lunes, 17 de junio de 2013

MOVIMIENTOS SOCIALES Y COMUNICACIONES DE REDES


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CIUDADANOS EN ACCIÓN



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MODERNIDAD,POSMODERNIDAD , MODERNIDADES

Introducción
El devenir del mundo contemporáneo se ha caracterizado por las múltiples y complejas transformaciones que han dejado sus huellas en las diferentes esferas de la realidad, reflexionar  en torno al horizonte de sentido entre la modernidad, la postmodernidad y la modernización es reconocer una compleja época de transición, que se trata así mismo de un tiempo histórico de ausencia de luz en el conocimiento, hablar de ello  nos permitirá al menos de alguna manera advertir hacia dónde se orienta dicha transición o tendencia histórica, a reconocer la distinción entre la deuda y la duda entre estos términos que abarcan conceptos distintos desde pensar la crisis desde adentro , entender la crisis como liquidación o desfallecimiento y encontrar la diferencia o el límite entre la crisis y  periferia como lo entabla Martin Barbero en su escrito .
Desarrollo
La problemática que Jesús Martin Barbero plantea en su discurso, supone iluminar conceptualmente nuestro caminar con respecto a la crisis y diferencia de estos conceptos, que a muchos pueden parecerle sinónimos o acaparar las mismas características; sin embargo, es de suma urgencia comprender su definición para convertir a una sociedad en autentica al valorar su cultura y ser capaz de conocer la diferencia que posee de otras sociedades que le hacen única pero que no la separan de otras sino que las une para la búsqueda de un progreso que se convierta en rutina , en la renovación permanente e incesante de las cosas , de los productos que crea para asegurar su desarrollo y no la supervivencia de un sistema económico y/o político sino que sean capaces de asumir el universalismo normativo de la modernidad .
 Está de moda aludir a la postmodernidad la cual es más una manera de olvidar o reprimir el pasado, es decir de repetirlo que de superarlo  pero sin duda se trata de un concepto en situación crítica, esto es, que quiere decir muchas cosas y a la vez no dice nada, la cual no se encuentra ubicado ùnicamente en la filosofía sino en todos los saberes y quehaceres, en la sociología, la psicología, la arquitectura, etc.; y también en los medios de comunicación. Para David Harvey, la posmodernidad responde a algunas continuidades con la modernidad, pero recrudece en esencia la compresión espacio-tiempo. Los medios de comunicación como tecnologías, contribuyen directamente en este proceso de compresión espacio-temporal: nos acercan a gran velocidad con gente en lugares remotos, posibilitando la comunicación instantánea. Los medios son entidades vividas en nuestros mundos cotidianos, que aceleran nuestros procesos de acercamiento humano.
Entonces ¿Cómo entender la modernidad, postmodernidad y modernización?
La frase de Marx “Todo lo sólido se desvanece en el aire” bien puede expresar el sentir de la posmodernidad. Escepticismo ante las meta-teorías y metadiscursos, simulacros, identidad otorgada por la imagen superflua, lo efímero, lo desechable, la diversidad, mayor incertidumbre, esquizofrenia, prevalencia de la estética fugaz sobre la ética, aprovechamiento de la acumulación flexible para suministrar servicios de consumo efímeros, contratos temporarios, aceleración y superficialidad, son algunas de sus principales características enunciadas por Harvey , aunque no se está muy  acuerdo unánime para conceptualizar este cambio de época.
Algunos afirman entre ellos Habermas: “que la modernidad surge propiamente con la Revolución francesa en 1789 y termina con la primavera de París mayo de 1968. Otros, pretenden que empezó con René Descartes 1596-1650 y con F. Bacon en 1561-1626 y termina con Nietzsche, Weber y Heidegger.
Sin embargo desde sus inicios, el sistema capitalista ha sido escenario, a la vez que gestor, de diversas crisis que han hallado su expresión en la proliferación de ideas y estilos de pensamiento disímiles. Vivimos una sociedad del riesgo como resultado de la sociedad industrial, en la cual algunos riesgos son controlados y otros escapan al control institucional los cuales no son solo institucionales sino de razones y motivaciones por tanto  es necesaria la reflexividad ante la falta de certezas, ante el retorno de la incertidumbre.
Los medios de comunicación reflejan la incertidumbre y el miedo, gran parte de las veces sacando provecho político y económico: es evidente la falta de reflexividad, comprensión y conciencia planetaria.
Respecto a la contribución de los medios en la conformación de un pensamiento ético, se está de acuerdo con Leonardo Boff: “para conservar el patrimonio natural y cultural tenemos que cambiar… si no reinventamos unas relaciones más benéficas y sinérgicas con la naturaleza y de mayor colaboración entre los diversos pueblos, culturas y religiones, difícilmente podremos mantener la sustentabilidad necesaria para realizar el proyecto humano, abierto al futuro y al infinito”
Los medios de comunicación de múltiples formas se han erigido como los “villanos de la película”, a veces con razón y otras tantas sin ella. Es fundamental su transformación para convertirse en guías y promotores de una nueva ciudadanía global, en la que todos trabajemos y exijamos a nuestros gobiernos que privilegien la lucha por el bien común. Los medios tienen una gran responsabilidad de colaborar y apoyar con la difusión de una ideología que permita fomentar el equilibrio en todos los ámbitos. La complejidad reside en que es necesario el surgimiento de movimientos y propuestas locales e internacionales, con capacidad de asegurar a todos los seres, habitantes de este planeta, una mejor calidad de vida y una mayor participación en la vida política y económica de su país.
Conclusión
Entonces no podemos plantear un “cómo” si antes no hay un ‘qué’ o un ¿por qué? Por eso la necesidad de mayor reflexión respecto al papel ético de los medios ante la complejidad de la posmodernidad, ante las propias dificultades que vive el imperialismo nuevo que parece no tener un claro derrotero. Coincido con Boff y su ética planetaria y con Morín y su antropo-ética. Son utopías valiosas y sensatas, que deben llevarse a cabo si entendemos que sólo tenemos un mundo.
Cruzarnos de brazos y contemplarlo, dejándolo pasar ‘tal cual es’, es una opción cómoda, pero no humana. Si seguimos pensando sólo en que tener las necesidades básicas y algunas superfluas satisfechas es más que suficiente, entonces sencillamente seguiremos permitiendo que la incomprensión, las injusticias y la barbarie se apoderen de los medios de comunicación y del planeta.


PLURALIDAD CULTURAL Y COMUNICACIÓN PARTICIPATIVA

Introducción
La diversidad cultural ha comenzado a suscitar un interés fundamental al iniciarse el nuevo siglo. Sin embargo, los significados que se le asignan a esta expresión “comodín” son tan variados como cambiantes. Algunos consideran que la diversidad cultural es intrínsecamente positiva, en la medida en que se refiere a un intercambio de la riqueza inherente a cada cultura del mundo y, por ende, a los vínculos que nos unen en los procesos de diálogo e intercambio. Para otros, las diferencias culturales son la causa de que perdamos de vista lo que tenemos en común en cuantos seres humanos y, por lo tanto, constituyen la raíz de numerosos conflictos. La mundialización ha aumentado los puntos de interacción y fricción entre las culturas, originando tensiones, repliegues y reivindicaciones en relación con la identidad, en particular de índole religiosa, que se convierten en fuentes potenciales de conflicto. Por consiguiente, el desafío fundamental consistiría en proponer una perspectiva coherente de la diversidad cultural hacia una pluralidad cultural que conlleve a una comunicación participativa.
Desarrollo
Entender  la comunicación como derecho y recuperarla como un bien público para eliminar los hábitos de consumo mediático que se convierten en formas de control social para recrear y reproducir un orden social mediatizado sin tener una mirada a la comunicación como proceso participativo plantea la necesidad de considerar el sistema de medios como un recurso para la conformación de ciudadanías incluyentes y así el acceso a la gestión de medios de comunicación el sea  un componente fundamental para la participación de los ciudadanos ya que para construir una cultura democrática hay que promover que la diferencia circule a través de  garantizar y regular políticas públicas para lograr la heterogeneidad en la representación de lo público. La experiencia de América Latina y el Caribe nos demuestra que para dar valor a la comunicación como derecho es indispensable contar con marcos regulatorios equitativos, que reconozcan el derecho a participar a través de los medios de comunicación, ¿Es más participativa una sociedad donde más sujetos acceden a la los medios? Pienso que si porque permite la expresión de las diferencias de intereses como componentes de la vida social. El reto es tener en cuenta que la democratización de los medios no es sólo una cuestión referida a los tipos de mensajes que producen, sino a las formas de hacer política, las características de los actores y la trama de acción social que promueven y así las grandes empresas o latifundios mediáticos como los llama Martin Barbero no sean el limitante para promover la diversidad lingüística en los medios , el desarrollo de los medios comunitarios , la promoción de formas no mercantiles de comunicación , el apoyo a las causas justas de los pueblos que luchan por su libertad , el respeto por las culturas nacionales y entre otras , pues de que serviría acceder a la información si necesariamente no se dará participación comunicativa , es como tener los materiales para armar algo y no hacerlo , no porque uno no quiera sino porque no se le deja.
La comunicación como proceso participativo supone la expresión de las diferencias de intereses como componentes de la vida social. Significa permitir desde el campo de la comunicación la expresión de las asimetrías de poder y de comunicar la diversidad cultural la cual es una fuerza motriz del desarrollo, no sólo en lo que respecta al crecimiento económico, sino como medio de tener una vida intelectual, afectiva, moral y espiritual más enriquecedora, es un componente indispensable para reducir la pobreza y alcanzar la meta del desarrollo sostenible por lo que  es necesario que exista a nivel del sistema de media una diversidad que refleje la composición de la comunidad social y política y así evitar  la marginación de los actores con menor poder ya que  la diversidad se relaciona con la expresión de la pluralidad que es una consecuencia natural del dialogo horizontal antes que el resultado de decisiones verticales.
La comunicadora Rosa Alfaro nos dice:

Frente a este escenario de la existencia de una dialogo horizontal la reflexión de Martin Barbero en la expresión de Jesús Galindo quien observa dos escenarios contrapuestos : la sociedad de información y la sociedad emergente , la comunicación abierta y compuesta por ciudadanos libres y participativos , la de individuos críticos  reflexivos se desarrolla allí , donde la democracia es la cualidad central de tipo social ya que es lo que se requiere para la existencia de diálogos iguales , de acuerdos distintos pero tolerantes que llevaran a alcanzar formas de gobierno que efectivamente sirvan a la ciudadanía de forma horizontal ya que  la utilidad de un sistema comunicacional diversificado es que pone en relación actorías sociales diferentes, que muchas veces están en disputa. Es decir pone a disposición de las y los ciudadanos discursividades en competencia, que salen de la neutralidad y se expresan. Esto posibilitaría procesos de reconocimiento y producción de legitimidad, que den sentido a la pertenencia a una comunidad política. Y por lo tanto estimulan el rol deliberante de la ciudadanía.
Conclusión
Por tanto los desafíos para la comunicación deben ser la reivindicación de ciudadanía como el reconocimiento de identidades diversas, que sea  eminentemente discursiva y compuesta por una red de relaciones de naturaleza pública e ínter subjetiva. Asimismo que se dote de discursos que tienen en común formar un imaginario.

Y hablar de  la comunicación como proceso de participación, implica reconocerla como un derecho y aceptar lo ciudadano como algo nuevo, más allá de la relación entre sujetos y estado. Sin embargo toda esta reflexión se enmarca en un esfuerzo mayor que tensiona nuestras prácticas. La necesidad de reformular la pregunta por la incidencia. No como una cuestión instrumental sino íntimamente ligada a la especificidad comunicacional. Que nos enfrenta a la necesidad de desarmar los discursos hegemónicos desde otros discursos que están en constante elaboración. Basados en una permanente lectura de los contextos comunicacionales, como significantes de las relaciones políticas en las cuales se desarrollan nuestras comunidades las cuales deben ser fortalecidas por lo comunicación, pues una comunidad fortalecida , es decir una cultura comunicada y comunicante , participativa y democrática , estará en condiciones de sostener una mejor negociación con otras culturas , de manera que el intercambio en el marco de la pluralidad sea enriquecedora , equilibrada y el dialogo favorezca en miras de un bien común de progreso y desarrollo trascendente donde la cultura se trasmita y no mengue , la lincenciada Betty Herrera nos dice:







COMUNICACIÓN PARTICIPATIVA ¿EL NUEVO PARADIGMA?

Introducción
Estamos viviendo en un mundo cambiante, un mundo que no se detiene por nosotros, nos dicen los anuncios de la televisión. Los cambios pasan por todos los aspectos de nuestras vidas, desde lo más personal que afecta la forma en que vemos la familia, el amor, nuestro propio ser hasta lo mundial pues nos preocupamos por una guerra, o un desastre aunque ocurran a miles de kilómetro .En lo económico también hay cambios importantes, las propuestas neoliberales privilegian el individualismo, la competencia y la acumulación como medio para lograr el éxito. Se le da menos importancia al Estado y en muchos casos hasta se le culpa de lo que no ha salido bien. El mercado manejado por grandes empresas transnacionales, se convierte en el que rige las políticas; y el capital, como las mismas empresas, es cada vez más transnacional.
A eso podemos sumarle el grave deterioro ambiental, que ya no podemos ignorar y la triste brecha que se agranda entre los quienes tienen demasiado y quienes apenas sobreviven. Y sobre todos estos temas donde a algunos nos llega tanta información que no podemos analizar mientras otros se van quedando fuera, desconectados de “lo que pasa”.
Es un tiempo de grandes desafíos, sobre todo si aspiramos a otro mundo posible, un mundo solidario e incluyente donde la comunicación participativa rompa los viejos paradigmas para apropiarse de nuevas y mejores herramientas, que conviertan a la comunicación en más que un medio para democratizar nuestras organizaciones y nuestras prácticas y hacerlas más eficientes, sino que aspiren el  aprender haciendo, el construir conocimiento en colectivo y así empoderarnos como ciudadanos y ciudadanas y ser protagonistas de estos nuestros tiempos: actuando localmente y pensando globalmente.
Desarrollo
La comunicación participativa es un modelo y una forma de “hacer comunicación” que facilita la recuperación de la vida cotidiana, las necesidades e intereses de los grupos socioculturales, así como a sus protagonistas, mediante la planificación de propuestas que contribuyan a mejorar su presencia e incidencia tanto en los procesos de desarrollo, y de toma de decisión, como en los medios de comunicación. Este “modelo de comunicación” posibilita espacios y relaciones de poder más equitativos en donde las personas comparten experiencias, información, sentimientos y propuestas para crecer individual y colectivamente, por lo que Jan SERVAES & Patchanee MALIKHAO requiere antes de todo cambios en la manera de pensar en primer lugar por aquellos que la ejercen : los comunicadores , quienes deben comprender que la comunicación  no prospera en la base de saber y hablar bien o rápido sino en la de escuchar , pues la auténtica escucha alimenta mucho más la confianza que la charla incesante y que se necesita mucho más la imaginación , preparación y ardua labor para alcanzar un aprendizaje dialogal .
Por tanto para los procesos comunitarios, la comunicación participativa se plantea como la interrelación o mezcla de la comunicación para el desarrollo y la comunicación comunitaria, en donde la primera ayuda y acompaña a una comunidad para que pueda desarrollarse (desde el punto de vista de la comunicación), es decir, es un proceso que va más allá de la divulgación o información pues al traspasar por el entramado social, la comunicación está en la obligación de educar, pero entendiendo la educación como la capacidad multiplicadora que supera los salones de clase.
El objetivo de la participación se ve en algunos casos como una herramienta para lograr la meta de algún cambio social deseado. En otros casos, la participación es la meta misma  es un proceso que por involucrar a miembros de la comunidad en diálogo sobre cosas que les afectan es en sí un cambio social. Muchos proyectos evidencian aspectos de ambos propósitos, en diferentes proporciones. Si el objetivo de un proyecto se deriva de las metas típicas del cambio social como son, por ejemplo, el mejoramiento de la salud infantil o del medioambiente, la participación es más bien una estrategia: una categoría de comunicación que se supone conduce al resultado deseado. Por ejemplo, en un libro sobre comunicación para la salud pública que apenas trata el tema de la participación, Haider y Pal sugieren usar “la participación activa” de los grupos comunitarios para extender el alcance de información sobre salud. Al otro extremo, en algunos proyectos la filosofía orientador es la de la participación misma. En tales casos, “el énfasis se pone en los procesos, no en los resultados”, con el objetivo explícito de lograr el empoderamiento y aumentar el control de la comunidad sobre sus asuntos, tal como se menciona en los enfoques por la Comisión Internacional para el estudio de problemas de comunicación del ya fallecido Mac Bride quien argumenta que el punto de partida debe ser la comunidad , sin embargo dos nuevos enfoques surgen , los cuales son aceptados como lógicos actualmente : el primero que es la pedagogía dialogal de Freire (los pueblos  subyugados deben ser tratados como sujetos plenamente humanos en cualquier proceso político) y el segundo establecido por la UNESCO (sobre el acceso , participación y autogestión ).
Hablar de la comunicación para el cambio social es tener como punto de partida  a la comunidad como lo establece Mac bride, donde se pretenda entablar y ejecutar incidencia pensando en gestionar, en tener una práctica duradera para lograr una ejecución exitosa para el logro de un empoderamiento eficaz que busca asociar mas no individualizar por esta razón Mowlana y  Wilson plantean que el desarrollo del modelo de la comunicación participativa debe implementarse conjuntamente con otros procesos de emancipación social a nivel local , nacional e internacional.
Conclusión

Por tanto las reflexiones expuestas están basadas en la convicción de que es preciso colocar la agenda de investigación sobre comunicación participativa más allá de los parámetros originariamente delineados hace medio siglo y que conozcamos la importancia de la participación la cual requiere autonomía, rasgo que a menudo choca con necesidades burocráticas; lo cual  es preciso entender los contextos institucionales externos e internos que afectan experiencias participativas. Esto implica ir más allá de asumir la participación como valor deseable, y profundizar el análisis de factores que promueven o dificultan la participación. Adoptar una perspectiva comparada sobre participación y contextos institucionales es importante para entender las ventajas y desafíos que existen en diferentes comunidades, pues anunciar que la participación es importante y es precisa que este en el  centro de la comunicación para el cambio social ,es repetir lo ya sabido o dirigirse a quienes ya están convencidos sobre sus méritos. Nuestro interés principal es formular nuevas líneas de investigación que conlleven a ejecutarlas hacia el desarrollo de un entendimiento más profundo de la comunicación, cultura, democracia participativa y otros como una alternativa al cambio estructural en niveles múltiples para alcanzar objetivos como lo plantea Jan SERVAES & Patchanee MALIKHAO.


Modernus-interruptus: las otras ideas del desarrollo

Introducción
La preocupación por conocer el debate actual sobre el desarrollo, tanto en lo que se refiere al concepto como a las políticas, es una cuestión fundamental tanto para quienes se dedican al estudio como a la práctica del desarrollo en cualquiera de sus diversas manifestaciones. No es posible pretender ser organizaciones o personas que se definen como agentes de desarrollo sin participar activamente en la discusión de cuáles son las prioridades o los instrumentos más adecuados en la construcción de ese desarrollo.
Si bien siempre se ha planteado la necesidad de tener una visión propia del desarrollo, salvo que se renuncie a tener una opción real de cambio, hoy de manera especial se requiere preguntarse cuál es nuestra percepción del desarrollo en una coyuntura de profundo cambio. Si no se hace este ejercicio, se corre el riesgo de promover acciones dependientes de otras concepciones del desarrollo y que favorecen a los intereses de determinados sectores que no nos garantizan ser los prioritarios
Desarrollo
El polisémico y polémico concepto de "desarrollo no tiene una definición única o cerrada. Hay dos dimensiones a tener en cuenta para el estudio del desarrollo; la primera es a  partir de la base de que se trata de un concepto histórico, donde se habla acerca de la solidaridad de los países desarrollados con respecto al inicio de la bonanza económica y la incorporación de un nuevo orden económico que se entendía como un proceso de extensión de modernas técnicas , capacidades y organización social , irradiado desde las sociedades industrializadas hacia los centros urbanos en los países periféricos y de estas áreas a las atrasadas zonas rurales.  Por lo tanto, hay que tener en cuenta la influencia que ejercen sobre él los valores dominantes y el pensamiento hegemónico en cada época. La segunda funciona como una categoría de futuro. Sobre él se proyectan los deseos y las aspiraciones hacia los que se quiere orientar un determinado orden social, según Everett Rogers destaca la teoría de las innovaciones, donde los individuos modifican sus estilos de vida, aumentado su complejidad e inclinándose por los adelantos de la tecnología y los cambios rápidos
La complejidad de delimitar correctamente el concepto de desarrollo se manifiesta en el rápido reemplazo de los adjetivos calificativos de los que se ve rodeado periódicamente: - Desarrollo endógeno, desarrollo sostenible, desarrollo humano, desarrollo integral. Aunque últimamente hemos entrado en otra época, en la de los prefijos: Co-desarrollo y - Post - desarrollo
Jan Servaes establece tres grandes periodos en los que dividir la historia moderna del desarrollo, y sus correspondientes visiones y prácticas de la comunicación: a) Enfoque de la modernización (desde 1954 hasta 1965). El paradigma de la modernización da por supuesto que el origen de la pobreza reside en el aislamiento de los países tercermundistas respecto a los valores y el bienestar social característicos de las sociedades avanzadas. Este modelo de desarrollo se basa en la transferencia de tecnología y de cultura desde las sociedades desarrolladas hacia las sociedades tradicionales. b) Enfoque de la dependencia (desde 1965 hasta principios de los ochenta) .Serán los países del Tercer Mundo, la periferia del sistema-mundo dominante, quienes identifiquen las contradicciones de unos procesos de modernización que construyen desarrollo en el centro a costa de exportar subdesarrollo a la periferia. La teoría de la dependencia desencubre el engaño del subdesarrollo como etapa, según las tesis de Rostow, cuestionando las bases del modelo modernizador. c) Enfoque de la multiplicidad (desde los años 80 hasta la actualidad).El nuevo concepto de desarrollo pone el énfasis en la identidad cultural y en la multidimensionalidad. El desarrollo debe conducir a un cambio estructural, y para ello tienen que ponerse en marcha transformaciones a varios niveles.
Ante estos enfoques de desarrollo, la comunicación ocupa un papel muy importante como lo entabla Beltrán sin embargo aclara que ella por sí misma no puede generar desarrollo, independientemente de los procesos sociales, políticos económicos y culturales  por lo que la Unesco propone una definición coherente y equilibrada respecto a las normativas que se debe adoptar para una verdadera democratización de la comunicación que elimine las desigualdades y desequilibrios en materia informativa y comunicacional sino más bien asegure un flujo informacional y comunicacional más ecuánime.
Frente a ello surge entender de una manera de carácter integral  el término “desarrollo”    , ya no de una manera singular sino de una forma plural, donde no se siga teorías y discursos que tratan de explicar el mundo desde posiciones políticas e ideológicas, sino d entender las nuevas y creativas formas de habitar lo moderno con la capacidad de comprender los tiempos –culturales desde donde se hacen, deshacen y se rehacen loas culturas y lo cultural.

Conclusión
Surge entonces considerar y poner en practica la comunicación para el desarrollo como la acción comunicativa de desarrollo que posibilita y convierte la capacidad comunicativa como la fuente suprema de accionar y construcción de una comunicación participativa dialógica , Beltrán lo resume como una posibilidad de construir comunicación y desarrollo desde las practicas.
Y concluyo con el informe correspondiente al año 2000, como ejemplo de la nueva formulación del desarrollo:
“El desarrollo humano es el proceso de ampliación de las opciones de la gente, aumentando las funciones y las capacidades humanas .Representa un proceso a la vez que un fin. En todos los niveles de desarrollo las tres capacidades esenciales consisten en que la gente viva una vida larga y saludable, tenga conocimientos y acceso a recursos necesarios para un nivel de vida decente. Pero el ámbito del desarrollo humano va más allá: otras esferas de opciones que la gente considera en alta medida incluyen la participación, la seguridad, la sostenibilidad, las garantías de los derechos humanos, todas necesarias para ser creativo y productivo y para gozar de respeto por sí mismo, potenciación y una sensación de pertenecer a una comunidad. En definitiva, el desarrollo humano es el desarrollo de la gente, para la gente y por la gente.”
El desarrollo, desde esta concepción, ha dejado de ser una mera técnica para conseguir determinados resultados. Es algo mucho más ambicioso, que, por supuesto necesita de esas técnicas. El desarrollo recupera toda la dimensión de futuro y de creatividad humana: es una aventura no escrita, llena de tensiones, en la que hay que decidir qué bienes y servicios se desean porque son los más importantes, quiénes deben ser los destinatarios de los mismos, qué instrumentos son los más adecuados, etc. Pero responder a estas preguntas exige tener una concepción ética de cuál es la vida que se quiere construir, cuáles son las relaciones entre las personas que se consideran más apreciadas; en definitiva, supone tener la preocupación por la justicia.

El desarrollo que se pretende es un desarrollo que contenga la justicia, porque si no, difícilmente se le podrá considerar humano. El enfoque del desarrollo humano cuestiona el que exista una relación directa entre el aumento del ingreso y la ampliación de las opciones que se ofrecen a las personas. No basta con analizar la cantidad, sino que más importante es tener en cuenta la calidad de ese crecimiento. Por eso, no es que muestre desinterés por el crecimiento económico, sino que enfatiza la necesidad de que ese crecimiento debe evaluarse en función de que consiga o no que las personas humanas puedan realizarse cada vez mejor. Así, le preocupa que se establezcan relaciones positivas entre el crecimiento económico y las opciones de las personas.

 Y termino con esta frase: “No digamos algo, comuniquemos algo, comuniquemos desarrollo, que logre un impacto, un efecto y una trascendencia”.





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